miércoles, 4 de octubre de 2017

Esquema del problema catalán



El proceso es de tipo emocional, como los populismos, y por lo tanto se trata de un problema de prejuicios frentistas instalados en la sociedad catalana (lo que yo llamo emociologías).




Esto puede sonar como algo menor, pero en realidad tiene mucha más fuerza de lo que parece.







Los prejuicios se han desplegado por causas prácticas, claro, como siempre ocurre. Hay intereses y estrategias detrás de toda emociología.



 
  

 Desconozco qué estrategia podría conseguir desactivar estos intereses, es una pena, sería la llave maestra. Es la pieza que falta.

A día de hoy se ve claramente que Podemos continua la táctica de colaborar en el fortalecimiento de los prejuicios de la mano de los nacionalistas.

En el PSOE, habiendo división, también se apoyan parcialmente (¿acaso la demagógica reprobación de la vicepresidenta por violencia no apoya tanto el victimismo nacionalista como la fobia antiPP?)

Y en algunos medios de la derecha la campaña sigue siendo antiPP (Rajoy cobarde y esas cosas) y antinacionalista, también a base de prejuicios.

A lo que hay que añadir intereses en medios internacionales tanto por cualquier historia sentimental que venda (posverdad) como por promover lo autodestructivo (Rusia...)

  


Pero sí tengo claro cuál sería la estrategia eficaz si los partidos quisiesen arreglar el problema, la receta para sanar la herida emocional. Es una respuesta de tipo asertivo más la desactivación de prejuicios.





8 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Con esto de lo escrito nunca se sabe si algo va en serio o es irónico.
      Pero me pongo en lo mejor, muchas gracias,

      Eliminar
  2. Interesante disertación sobre el problema. E interesante blog. El último párrafo es utópico, creo yo... Porque el gobierno secesionista (en realidad, sedicioso) basa su estrategia justamente en que se acepten su ventajismo a toda costa. Y más ahora, en un “ámbito ilegal” macroscópico, que han sobredimensionado adrede como apoyo para su huida hacia delante, de camino a un precipicio en el que esperan que (de algún modo irracional) se abra un paracaídas mágico que les sostenga.

    Salvo que tengan algún as en la manga, que dudo sea una negociación con el Estado español a estas alturas...

    Su clasificación en nacionalismo, secesionismo, filo nacionalismo y antinacionalistas (con sus definiciones respectivas) es tan sencilla como perfecta y define con honesta nitidez la actual división de posturas. Como usted bien dice, faltaría la llave maestra. Que en temas de este tipo, suele ser el propio tiempo, que termina siempre hablando por todos y de todos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, me alegra mucho que haya a quienes les resulte de interés.

      Quizá mi último párrafo, sobre negociar, no es muy claro. El cartelito sobre "Asertividad y reestructuración cognitiva" está escrito en enero (es del libro "Emociologías"), pensando en los presupuestos y ese tipo de negociación.

      Y además es un punto intencionadamente abierto, ya que toda negociación depende de estrategias prácticas, no sólo de principios generales.

      A mi modo de ver, lo general sería que frente a alguien que abusa (y saltarse la ley lo es, ya que es lo que nos defiende a a unos de otros), la cesión sobre los temas donde hay presión no es en principio saludable. Pero conviene no reaccionar cerrándose en banda en los temas que sí sean razonables (e.g.: financiación razonable y no ventajista), para evitar escaladas de frentismo.

      Un saludo cordial,

      Eliminar
    2. Lo de no cerrarse en banda es cierto. Lo malo es cuando se deja que un problema crezca demasiado, y una de las partes termina rompiendo la baraja, como ha pasado aquí. La paradoja de las leyes es que al garantizar un contrato social por escrito, hacen que muchos olviden (olvidemos) que la unidad y la concordia también hay que trabajarlas día a día, para que lo escrito no se quede en las palabras y logre sostenerse en la realidad bien.

      A veces pienso que la letra de la ley, en vez de consignar de forma idealista: "esto es así, es lo obligado" (como si la realidad, por bueno que algo sea, no lo pudiera cambiar nunca), debería decir en su lugar: "Tenemos la obligación de trabajar para que sea/siga siendo así, pues es lo mejor para todos".

      Sería un enunciado más realista, aunque tampoco se cumpliese por completo. Pero desde luego nos implicaría más personalmente, para no dejarlo todo a los políticos.

      En fin, es sólo una ocurrencia.

      Saludos.

      Eliminar
    3. Suena bien esa idea de no sólo cumplir las leyes sino implicarse con ellas. Pero no sé si es idealista, irreal. Por lo que conlleva de implicación (nuestra atención es limitada) y porque muchas leyes pueden no gustarnos. Para eso están policías y jueces y está bien que sea así.

      Y yo también le he dado más vueltas a cómo atacar el problema del interés práctico. Y se me ocurre algo que quizá sea una tontería... o quizá no.
      Si un planteamiento sirve para poner en evidencia la manipulación emocional, los prejuicios que alguien despliega, al manipulador podría resultarle perjudicial hacerlo.

      Es decir, un análisis que sirviese para evidenciar las manipulaciones puede tener un efecto saludable sobre el equilibrio de intereses. Eso sí que resolvería a medio plazo el problema. Si se deja de repetir las distorsiones y sí se despliegan las ideas que los desactivan, la gente se iría relajando y muchos se recuperarían.

      Imagino que por eso empecé con lo de las Emociologías. Porque en el fondo tengo la esperanza de que sea útil para resolver el problema de forma constructiva.

      Bueno, que me enrollo, un saludo,

      Eliminar
  3. Se me ocurre un hashtag para esta idea: #CatSinPrejuicios

    O uno general para cualquier cualquier política limpia de emociologías: #EmoFree

    ResponderEliminar
  4. He leído un tuit de Todo@TheTodo sobre los carteles contra la compra de productos catalanes. Decía: Mira, Puigdemont, otro como tú, que confunde "nacionalista catalán" con "catalán"."

    Me parece muy bien llevado.

    Como comento en Emociologías, las distintas corrientes pueden compartir prejuicios. Por ejemplo, al filonacionalismo le suele desagradar "lo español" tanto como al nacionalismo.

    De la misma manera el nacionalismo y el antinacionalismo pueden coincidir en el prejuicio "nacionalistas = pueblo catalán" y de esta forma potenciarse mutuamente.

    Creo que en general es difícil que de un prejuicio se acabe consiguiendo algo positivo, constructivo. Me quedo con el #EmoFree #CatSinPrejuicios.

    ResponderEliminar